Nunca quise estudiar Periodismo, aunque incentivos no faltaron. A la vuelta de los años, la vida me ha premiado con esta profesión. Quizás el rechazo a esa carrera, aun con el privilegio de vencer su temida prueba de aptitud, me fue revertido con el tiempo y viví en propia carne el refrán “al que no quiere caldo…”, solo que esta vez el sabor es exquisito.
Llegué un septiembre a la emisora Radio Sagua para cumplir mi servicio social y adiestramiento. El proceso giró inesperadamente mi mundo laboral. El comunicador social, luego de transitar por otros departamentos de la estación, se integró a la redacción informativa de la planta. ¡Ahora sí, el reportero no me lo quitaba nadie!